Semana Santa: ¡Cuidado con la Iglesia!

Catolicismo: hipócrita, hace negocio de la caridad, desahucia a sus inquilinos pobres, favorece a los capitalistas…

INFÓRMATE ANTES DE IR A MISA Y VER SUS PROCESIONES:

12 - Sinfonia de capirotes

En los últimos tiempos la intensificación de situaciones de miseria causados por la crisis financiera ha disparado el nacimiento de los bancos de alimentos, controlados en su mayoría por el Opus Dei. Se trata de un ingenioso método para obtener beneficios a costa de los pobres y, de paso, transmitir la ideología del poder y evitar que los desheredados de la tierra analicen las causas de esa miseria y se organicen y luchen contra el sistema económico y político.

La “caridad” cristiana actúa como anestésico de la contestación social y lo hace en dos vertientes. Por una parte atenúa las probabilidades de una revuelta cuando una parte de la población no encuentra satisfechas sus necesidades más primarias, y por otra desarrolla una campaña de recuperación del prestigio de los grandes empresarios, al ser colaboradores principales de las instituciones de caridad, combatiendo de este modo el desarrollo y la extensión de la conciencia de clase. Esto afecta de manera directa a la organización de la respuesta a las agresiones diarias que los gestores de la Iglesia, el Estado y el Capital nos dedican.

La iglesia habla de solidaridad y al mismo tiempo intenta echar a gente que ha ocupado casas vacías de su propiedad, como ha ocurrido con una congregación de monjas de Valladolid, o el caso de más de mil pisos que la Comunidad de Madrid les ha donado para alojar a gente “desahuciada” y con los que están haciendo un bonito negocio. Los alquilan a un precio alrededor de 200 euros y no lo hacen si la persona que lo solicita no tiene ingresos. Algunos de estos pisos para “caridad” fueron desalojados por la policía nacional. Hay que tener en cuenta que “hipocresía” es casi un sinónimo de religión.

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La Iglesia quiere exprimir al máximo el negocio de la pobreza

El Opus promueve la Fundación Compromiso Empresarial, para convertir a los pobres en clientes
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Que la Iglesia siempre ha hecho negocio crematístico y espiritual con la pobreza es de perogrullo. Los bancos de alimentos, las donaciones a la caridad que luego engrosan las arcas de los obispados, el robo de las cuentas corrientes de los viejos que son atendidos por las instituciones religiosas… Pero además, toda la artillería pesada de la propaganda católica se cimienta sobre la ayuda al pobre como razón de ser. Por eso vemos los templos llenos de ornamentos de oro y plata y los registros de la propiedad con miles de fincas a nombre de la institución que heredó el Imperio Romano.
Pero la Iglesia Católica quiere más y ha dado otra vuelta de tuerca. Para hacerlo con rigor acude al Opus Dei. Javier Martín Cavanna,  es el presidente de la Fundación Compromiso Empresarial, una entidad que pretende convertir a los pobres en clientes. Este economista, vinculado a la Universidad de Navarra y a la secta de José María Escrivá de Balaguer, está impartiendo con su fundación una cultura aparentemente neutra y economicista que quiere hacer ver a los empresarios las oportunidades que la pobreza pueden aportar al negocio.
En resumen, la tesis que defiende es «hacer negocio con los pobres» y no es mala idea porque es un mercado con más de 4.000 millones de clientes, que son las personas que disponen de una renta inferior a los 1.500 dólares anuales, lo que equivale a decir que sobreviven con menos de cuatro dólares al día. Pues la citada fundación ha organizado, entre otras, una jornada titulada  Cómo hacer negocios en la base de la pirámide, destacando las ventajas de este «mercado».

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