Humanidad Libre aborda el terrorismo de Estado en su último número

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La publicación anarquista gallega Humanidad Libre  que edita el grupo del mismo nombre de la FAI aborda en su último número, correspondiente a la segunda quincena de marzo, el tema del terrorismo de Estado, al que dedica la portada. Incluye también una «necrológica» de Adolfo Suárez, el hombre que bloqueó el resurgir del anarquismo, una colaboración de nuestro grupo, un comunicado de la coordinadora de las Marchas por la Dignidad del 22M, un artículo sobre las malinterpretaciones entre Anarquismo y Anarcosindicalismo, publicado en la revista Adarga y más artículos. Los interesados en adquirirlo en soporte papel pueden solicitarlo a humanidadlibre@terra.com

Malinterpretaciones sobre el anarquismo y el anarcosindicalismo

images (5)Nunca consideré a Noam Chomsky un anarquista estricto sensu, ni mucho menos, pero leyendo el número 1 de Trébol Negro me he ratificado en mi opinión inicial, puesto que no hay duda, a la vista del artículo titulado “El efecto Chomsky o el Anarquismo de Estado”, que él mismo no se considera realmente un anarquista, sino un mero compañero de viaje, por utilizar su propia expresión. Menos aún puede estimarse que es anarquista quien afirma que sus objetivos inmediatos son defender –e incluso reforzar– algunos aspectos de la autoridad del Estado, añadiendo a continuación que la estrategia de los anarquistas sincerosdebe ser defender algunas instituciones del Estado ¡contra los asaltos que sufren! ¡Y yo que creía que los anarquistas pretendíamos destruir el Estado!…

Con toda la modestia del mundo –pues considero que la modestia es una virtud libertaria– tengo el atrevimiento de reclamarme anarquista, entendiendo por tal a aquel que lucha por la anarquía, sosteniendo, propagando y defendiendo el Ideal por antonomasia. Y, desde luego, no estoy dispuesto a tolerar –ni a Chomsky, ni a nadie– que me considere un anarquista en el que la sinceridad –otra virtud libertaria, en mi opinión– brilla por su ausencia; creo, por el contrario, que esos a los que Chomsky llama anarquistas sinceros tienen muy poco –más bien nada– de anarquistas.

 

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